Poemas

De nanas y soldados

De pastor empezaste en la cañada

con tus rimas, cual “silbo vulnerado”

ignorando el final que te esperaba,

que un hombre sólo sabe del pasado.

Aprendiste de nanas y soldados,

de hambre, de locura y Poesía

y andabas con tus versos al costado

lejos, en la trinchera, muda y fría.

Un amor te esperaba y a tu hijo

acunabas dolor en los papeles

y ese amor y esa madre, en su cobijo

la cebolla trocaba en cascabeles.

Te esperábamos todos, mas no pudo

el destino fatal torcer su espada,

te quedaste, Miguel, y España anduvo

con su camisa yerma, desgajada.

No te inquietes, soldado, tu palabra

queda escrita en las venas de la historia

y poetas que somos, nuestra entraña

te ha esculpido por siempre en la memoria.

 

Isabel Díez Serrano-

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