Dicen que estoy loca. Puede ser.
He despertado de un profundo sueño y he descubierto que me han robado el amor; sí, el amor que había construido y que llevaba adelante por la vida, por las calles atestadas de hombres y mujeres, hombres y mujeres que se ríen de mí aunque otras personas me temen, se llenan de espanto.
Y ese hombre, ese hombre al que amé, de pie en la puerta de mi casa, grita: “¡Miren! ¡Está loca!”
Alcé la cabeza y al no ver el sol mi alma desnuda -desnuda de tantas heridas- se inflamó y ya no quise tener más amores. Así fue que me convertí en una loca.
Sí, por fin he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de ser inadvertida, inabordable. Pero no piensen que me enorgullezco de mi locura: no estoy a salvo del amor…
Ada Inés Lerner-
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