En los albores
fue por conservar la carne,
no hay dios que lo discuta.
El azar de seguir viviendo
acertaba la precisa ración.
Sólo en los albores, raza de humanos;
luego, ningún buen gusto les fue ajeno.
Y hubo luchas de azafrán o muerte,
botines de jengibre y canela.
He aquí en qué deriva la urgencia
por huir de la podredumbre:
selección natural del mejor aroma
a cualquier precio, paladares superiores,
lenguas de fuego en preciosa sazón.
Poemas del libro Material de interiores
Mariano Shifman-