Sé que en la vida, no importa cómo,
también el fuego se apaga con el día.
La noche es corta cuando el invierno acecha,
el tiempo cura y sana las heridas.
Dejar de hablar no ha sido buen remedio;
sé que el presagio de luz y de agonía
se está cumpliendo, no importa cuándo llegue,
tal vez sea cerca y te encuentre dormida.
No lo verás venir aunque se anuncie,
¿sabés qué dulce y vana es esta espera?
Porque muy pronto saldrás, será tan fácil
como volver al punto de partida.
Del libro Presagio de luz
Gonzalo Salesky-